Cariaco,
13 de noviembre de 1884 - Caracas, 13 de junio de 1945.
Diego Antonio Carbonell Espinal |
José
Antonio Carbonell, un catalán que llegó a Venezuela en 1829, se
estableció en el Puerto de Cariaco. Uno de sus hijos, Manuel
Carbonell, regentó durante toda su vida la botica del pueblo y se
desempeñó como maestro. Del matrimonio de este con Benigna Espinal
nacieron, además de Diego, Manuel y Ramón.
Diego
Carbonell estudió primaria y bachillerato entre Carúpano y Cumaná.
Su infancia transcurrió en Cariaco, rodeado de su familia y de un
ambiente intelectualmente fértil caracterizado por tertulias,
noticias y adelantos tecnológicos, lectura de la prensa, inquietudes
de sus padres, la escuela, y cambios políticos en el país.
Diego Antonio Carbonell Espinal |
Se
mudó a Caracas a los 16 años, pocos días después de la entrada de
Cipriano Castro al poder. En la capital comenzó a trabajar con su
hermano en la farmacia de la esquina de Miracielos, a la vez que
completaba sus estudios en la Escuela Politécnica, bajo la dirección
de Luis Espelozín. Esta escuela dejó profundas huellas en la
educación de Carbonell, pues él mismo refirió que esta institución
se esforzaba por enseñar la reflexión y las responsabilidades
morales. En ese plantel sustituyó temporalmente al profesor de
Química.
Ingresó
luego a la Universidad Central de Venezuela para estudiar Medicina.
La Facultad era atendida en ese entonces por un grupo de profesores
que habían regresado de Europa luego de realizar estudios de
especialización. Desde 1893 habían transformado no solo el plan de
estudios sino que, además, revisaron y transformaron la
infraestructura y los métodos utilizados en la universidad. Las
nuevas ideas llegadas de Europa, la nueva ciencia, los cambios
profundos en la medicina, el inicio de la medicina experimental, el
biologismo y el positivismo, penetraron el pensamiento social y
científico de la época, a pesar de la difícil situación política
y socioeconómica del país.
Ilustres
profesores como José Gregorio Hernández, Santos Aníbal Dominici,
Luis Razetti, Pablo Acosta Ortiz, Guillermo Delgado Palacios, Elías
Toro, Francisco Antonio Rísquez y José Ignacio Baldó, entre otros,
asumieron el compromiso con la universidad y el país. Carbonell
sintió gran admiración por Razetti y Hernández. A este último, lo
consideró el Claude Bernard venezolano, no solo por haber
establecido los estudios de Fisiología en la universidad sino
también por su capacidad docente.
Siendo
alumno de medicina publicó algunos artículos cortos como Las vías
nerviosas del amor, La vida animal y La vida vegetal. En 1909 publicó
su primer libro, Química Ancestral y Humana, basado en la nueva
teoría del origen de la vida y de las especies, el cual fue
prologado por el Dr. Guillermo Delgado Palacios. Asimismo, escribió
un corto ensayo sobre la acción de masturbarse o de interrumpir el
acto sexual antes de la eyaculación, titulada El onanismo, publicado
en revistas de medicina de México y en la Revista Iberoamericana de
Ciencias Médicas de España. En Venezuela, el folleto causó
reacciones adversas. Participó y fue ganador, con el trabajo La
influencia de Charles Darwin en el progreso de la medicina moderna,
en el concurso de la Academia Nacional de Medicina, con motivo del
Centenario del nacimiento de Charles Darwin (1909).
Como
estudiante fue enviado por el gobierno venezolano en condición de
delegado al congreso de la Gran Colombia en Bogotá, en compañía de
los bachilleres Bruzual López, de la facultad de Ciencias Políticas;
Felipe Aguerrevere, de Ciencias Exactas, y Marcos Godoy, de Ciencias
Eclesiásticas; allí presentó la ponencia El estado actual de la
Medicina en Venezuela, donde analiza la situación de la salud en
nuestro país. Terminó sus estudios de medicina con la tesis
Estómago tropical.
El 1
de diciembre de 1910 se graduó de médico en la UCV. En 1911 viajó
a París para especializarse en enfermedades nerviosas y gástricas.
En 1911 trabaja en los hospitales de Saint-Antoine y Hôtel Dieu,
bajo la dirección de científicos y médicos muy reconocidos en su
época. En su vida parisina se reunía con intelectuales y artistas
como Tito Salas y Rubén Darío; de ambos fue médico personal. En la
capital francesa publicó Crónicas y siluetas, utilizando el
seudónimo de Alex de Tralles. En 1914, al estallar la Primera Guerra
Mundial, prestó sus servicios como médico y chofer de ambulancia en
la Cruz Roja francesa. Escribió artículos que informaban sobre la
situación de la Guerra Europea en el diario venezolano El Universal,
en la sección titulada Correspondencia de París. En 1915 fue
nombrado cónsul general de Venezuela en París. El año siguiente
editó su Psicopatología de Bolívar, obra que perturbó el ambiente
intelectual venezolano por su escandalosa resonancia.
Regresó
a Venezuela en 1916 y fijó su residencia en San Cristóbal, donde
ejerció la medicina. Luego se trasladó a Mérida, donde instaló
una clínica privada. El Dr. Carlos Aristimuño Coll, ministro de
Instrucción Pública, le solicita que se encargue del rectorado de
la Universidad de Los Andes. Carbonell acepta y se encarga de dicho
rectorado el 15 de junio de 1917 y de la dirección del Liceo de
Mérida; ejerció ambas responsabilidades hasta 1921. Se casó en esa
ciudad en 1919 con María Cristina Parra Salas, nieta de Caracciolo
Parra Olmedo (conocido como el Rector Heroico de la Universidad de
Los Andes) e hija del general Caracciolo Parra Picón, quien fue
vicepresidente de la República durante el Interinato del presidente
Victorino Márquez Bustillos, en la dictadura de Juan Vicente Gómez.
La
Universidad de Los Andes, creada en 1785, venía de una rigidez
eclesiástica y estructural. Carbonell se propuso cambios marcados
por estructuras educativas más libres y una intensa producción
científica y literaria.
Fue
muy destacada su labor en esa casa de estudios: cambios, adelantos,
libertad de pensamiento, instalación de la escuela de Ciencias
Físicas, Matemáticas y Naturales, estudios de Farmacia, asignaturas
como Agrimensura, reorganización de la imprenta, edición de la
Gaceta Universitaria. Escribió muchos trabajos, promovió
conferencias y estableció el programa de Conferencias
universitarias. Carbonell sacudió el entorno académico y estimuló
los cambios de las estructuras estudiantiles sobre el papel que les
asistiría como profesionales. Durante su rectorado escribió varios
libros y ensayos, describió especies botánicas y accidentes
geológicos y refirió, como médico, la fatiga de los páramos.
Durante
su estancia en Mérida promovió un hospital para la población
pobre, pues la pobreza y la miseria diezmaban la población. De allí
su reflexión sobre la importancia del ejemplo de los padres y de la
educación para corregir esos efectos. La campaña incluyó temas
sobre alcoholismo, enfermedades venéreas y temas sociales. El
movimiento produjo una reacción de la sociedad merideña contra
Carbonell. No obstante, dejó profundas huellas en el claustro
universitario, los estudiantes y la sociedad merideña.
Además
de rector de la Universidad de Los Andes, Diego Carbonell fue docente
y rector de la Universidad Central de Venezuela (1926-1929). Le
impuso al cargo un entusiasmo que se tradujo en reformas académicas
con mayor valoración de la ciencia y la cultura. Puso en práctica
ciclos de conferencias, la construcción de la Casa del Estudiante
(albergue para jóvenes de escasos recursos) y la edición de una
revista que llamaría La Universidad. Impulsó los centros de
estudiantes, que venían gestándose desde 1922.
En
febrero de 1928 con motivo del Carnaval, se organizó la Semana del
Estudiante; Carbonell apoyó esas celebraciones, que terminaron en
protestas y revueltas estudiantiles, iniciadas con el reinado de
Beatriz I (Beatriz Peña): una concentración en la parroquia La
Pastora conllevó duras críticas y protestas contra el régimen de
Gómez. Los estudiantes Pío Tamayo, Rómulo Betancourt, Jóvito
Villalba, Joaquín Gabaldón Márquez y otros solicitaban cambios en
las libertades y en las políticas de Estado. Más de 200 jóvenes
fueron apresados y llevados al castillo de Puerto Cabello. El
gobierno no consideró necesario tomar represalias en contra del
rector Carbonell, así que permaneció como profesor en las cátedras
de Higiene y de Psicología Experimental en la Escuela de Medicina, y
de Medicina Legal de la Facultad de Derecho; no obstante, renunció
al rectorado. Posteriormente la Cancillería lo designó delegado por
Venezuela al VI Congreso Panamericano del Niño, en Lima, donde
presentó una ponencia titulada Matrimonio eugenésico y sus
posibilidades en América, impulsando la conveniencia del examen
médico prenupcial como garantía sanitaria.
En
1929 abandonó la medicina e ingresó en la carrera diplomática y
fue nombrado ministro de Venezuela en Brasil. En 1930 retornó a la
diplomacia al ejercer un cargo en Bélgica. Cinco años más tarde
fue nombrado embajador en Colombia, cargo que ejerció también en
Bolivia en 1939 y en México en 1941, de este último país fue un
gran admirador; en su honor publicó la obra Jaculatorias, donde hace
alusión muy especial a la Virgen de Guadalupe. Sus quebrantos de
salud golpeaban su vitalidad obligándole a alejarse del cargo y de
México. En julio de 1942 regresó a Caracas. Durante 1943 y 1944 fue
diputado por el estado Sucre ante el Congreso de la República.
A la
Academia Nacional de Medicina ingresó en 1925, en sustitución del
Dr. Juan Díaz y llegó a ser su Presidente entre 1938 y 1940. Se
convirtió en Individuo de número de la Academia Nacional de la
Historia en 1943 y de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas
y Naturales en 1944. También en 1944 fundó la Sociedad Venezolana
de Historia de la Medicina (como subdirector) junto con otro
sucrense, Santos Aníbal Dominici (director). Fue Miembro
Correspondiente de las Academias de Medicina de Colombia y de Bolivia
y dirigió la Revista de la Confederación Sanitaria Nacional (1940).
Además
de aplicar conceptos de la ciencia de la conducta al examen de
figuras históricas, como Simón Bolívar, o literarias, como Rubén
Darío, Carbonell estudió las corrientes historiográficas en
Escuelas de historia de América (1943) y fue constante divulgador de
la ciencia, tanto en sus libros Filósofos naturalistas venezolanos
(1939), De filosofía y de historia (1942) y En torno a la ciencia
(1929), como en sus perfiles de Charles Darwin, Max Nordau y Santiago
Ramón y Cajal, o en sus estudios sobre Luis Razetti (1933) y José
Gregorio Hernández (1945). En su extensa bibliografía científica
también abordó el miedo a la muerte, la educación sexual, los
problemas de la llamada tercera edad, las patologías sexuales, las
neurosis creadoras y la eutanasia. En sus trabajos históricos
predomina la figura de Bolívar.
Diego
Antonio Carbonell Espinal dejó un legado como hombre de pensamiento
libre, intelectual completo y firme, culto, apasionado de las letras
y de la ciencia, humanista integral y convencido positivista para
quien la lógica y la experimentación eran las bases sólidas del
conocimiento. Falleció en Caracas el 13 de junio de 1945, como
consecuencia de un carcinoma de próstata.
Diego Cabonell "Psicopatologia de Bolivar" |
Referencias:
Ramos
de Francisco, Consuelo (2015). Diego Carbonell: Médico, historiador,
diplomático y escritor. Revista de la Sociedad Venezolana de
Historia de la Medicina
(http://revista.svhm.org.ve/ediciones/2015/1/art-4/).
Wikipedia
(https://es.wikipedia.org/wiki/Diego_Carbonell), con base en
Fundación Polar (1997). Diccionario de Historia de Venezuela
(incorpora material de una entrada de Venciclopedia, publicada bajo
licencia GFDL).
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