miércoles, 23 de octubre de 2019

Diego Antonio Carbonell Espinal


Cariaco, 13 de noviembre de 1884 - Caracas, 13 de junio de 1945.

Diego Antonio Carbonell Espinal


José Antonio Carbonell, un catalán que llegó a Venezuela en 1829, se estableció en el Puerto de Cariaco. Uno de sus hijos, Manuel Carbonell, regentó durante toda su vida la botica del pueblo y se desempeñó como maestro. Del matrimonio de este con Benigna Espinal nacieron, además de Diego, Manuel y Ramón.

Diego Carbonell estudió primaria y bachillerato entre Carúpano y Cumaná. Su infancia transcurrió en Cariaco, rodeado de su familia y de un ambiente intelectualmente fértil caracterizado por tertulias, noticias y adelantos tecnológicos, lectura de la prensa, inquietudes de sus padres, la escuela, y cambios políticos en el país.

Diego Antonio Carbonell Espinal


Se mudó a Caracas a los 16 años, pocos días después de la entrada de Cipriano Castro al poder. En la capital comenzó a trabajar con su hermano en la farmacia de la esquina de Miracielos, a la vez que completaba sus estudios en la Escuela Politécnica, bajo la dirección de Luis Espelozín. Esta escuela dejó profundas huellas en la educación de Carbonell, pues él mismo refirió que esta institución se esforzaba por enseñar la reflexión y las responsabilidades morales. En ese plantel sustituyó temporalmente al profesor de Química.

Ingresó luego a la Universidad Central de Venezuela para estudiar Medicina. La Facultad era atendida en ese entonces por un grupo de profesores que habían regresado de Europa luego de realizar estudios de especialización. Desde 1893 habían transformado no solo el plan de estudios sino que, además, revisaron y transformaron la infraestructura y los métodos utilizados en la universidad. Las nuevas ideas llegadas de Europa, la nueva ciencia, los cambios profundos en la medicina, el inicio de la medicina experimental, el biologismo y el positivismo, penetraron el pensamiento social y científico de la época, a pesar de la difícil situación política y socioeconómica del país.

Ilustres profesores como José Gregorio Hernández, Santos Aníbal Dominici, Luis Razetti, Pablo Acosta Ortiz, Guillermo Delgado Palacios, Elías Toro, Francisco Antonio Rísquez y José Ignacio Baldó, entre otros, asumieron el compromiso con la universidad y el país. Carbonell sintió gran admiración por Razetti y Hernández. A este último, lo consideró el Claude Bernard venezolano, no solo por haber establecido los estudios de Fisiología en la universidad sino también por su capacidad docente.

Siendo alumno de medicina publicó algunos artículos cortos como Las vías nerviosas del amor, La vida animal y La vida vegetal. En 1909 publicó su primer libro, Química Ancestral y Humana, basado en la nueva teoría del origen de la vida y de las especies, el cual fue prologado por el Dr. Guillermo Delgado Palacios. Asimismo, escribió un corto ensayo sobre la acción de masturbarse o de interrumpir el acto sexual antes de la eyaculación, titulada El onanismo, publicado en revistas de medicina de México y en la Revista Iberoamericana de Ciencias Médicas de España. En Venezuela, el folleto causó reacciones adversas. Participó y fue ganador, con el trabajo La influencia de Charles Darwin en el progreso de la medicina moderna, en el concurso de la Academia Nacional de Medicina, con motivo del Centenario del nacimiento de Charles Darwin (1909).

Como estudiante fue enviado por el gobierno venezolano en condición de delegado al congreso de la Gran Colombia en Bogotá, en compañía de los bachilleres Bruzual López, de la facultad de Ciencias Políticas; Felipe Aguerrevere, de Ciencias Exactas, y Marcos Godoy, de Ciencias Eclesiásticas; allí presentó la ponencia El estado actual de la Medicina en Venezuela, donde analiza la situación de la salud en nuestro país. Terminó sus estudios de medicina con la tesis Estómago tropical.

El 1 de diciembre de 1910 se graduó de médico en la UCV. En 1911 viajó a París para especializarse en enfermedades nerviosas y gástricas. En 1911 trabaja en los hospitales de Saint-Antoine y Hôtel Dieu, bajo la dirección de científicos y médicos muy reconocidos en su época. En su vida parisina se reunía con intelectuales y artistas como Tito Salas y Rubén Darío; de ambos fue médico personal. En la capital francesa publicó Crónicas y siluetas, utilizando el seudónimo de Alex de Tralles. En 1914, al estallar la Primera Guerra Mundial, prestó sus servicios como médico y chofer de ambulancia en la Cruz Roja francesa. Escribió artículos que informaban sobre la situación de la Guerra Europea en el diario venezolano El Universal, en la sección titulada Correspondencia de París. En 1915 fue nombrado cónsul general de Venezuela en París. El año siguiente editó su Psicopatología de Bolívar, obra que perturbó el ambiente intelectual venezolano por su escandalosa resonancia.

Regresó a Venezuela en 1916 y fijó su residencia en San Cristóbal, donde ejerció la medicina. Luego se trasladó a Mérida, donde instaló una clínica privada. El Dr. Carlos Aristimuño Coll, ministro de Instrucción Pública, le solicita que se encargue del rectorado de la Universidad de Los Andes. Carbonell acepta y se encarga de dicho rectorado el 15 de junio de 1917 y de la dirección del Liceo de Mérida; ejerció ambas responsabilidades hasta 1921. Se casó en esa ciudad en 1919 con María Cristina Parra Salas, nieta de Caracciolo Parra Olmedo (conocido como el Rector Heroico de la Universidad de Los Andes) e hija del general Caracciolo Parra Picón, quien fue vicepresidente de la República durante el Interinato del presidente Victorino Márquez Bustillos, en la dictadura de Juan Vicente Gómez.

La Universidad de Los Andes, creada en 1785, venía de una rigidez eclesiástica y estructural. Carbonell se propuso cambios marcados por estructuras educativas más libres y una intensa producción científica y literaria.

Fue muy destacada su labor en esa casa de estudios: cambios, adelantos, libertad de pensamiento, instalación de la escuela de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, estudios de Farmacia, asignaturas como Agrimensura, reorganización de la imprenta, edición de la Gaceta Universitaria. Escribió muchos trabajos, promovió conferencias y estableció el programa de Conferencias universitarias. Carbonell sacudió el entorno académico y estimuló los cambios de las estructuras estudiantiles sobre el papel que les asistiría como profesionales. Durante su rectorado escribió varios libros y ensayos, describió especies botánicas y accidentes geológicos y refirió, como médico, la fatiga de los páramos.

Durante su estancia en Mérida promovió un hospital para la población pobre, pues la pobreza y la miseria diezmaban la población. De allí su reflexión sobre la importancia del ejemplo de los padres y de la educación para corregir esos efectos. La campaña incluyó temas sobre alcoholismo, enfermedades venéreas y temas sociales. El movimiento produjo una reacción de la sociedad merideña contra Carbonell. No obstante, dejó profundas huellas en el claustro universitario, los estudiantes y la sociedad merideña.

Además de rector de la Universidad de Los Andes, Diego Carbonell fue docente y rector de la Universidad Central de Venezuela (1926-1929). Le impuso al cargo un entusiasmo que se tradujo en reformas académicas con mayor valoración de la ciencia y la cultura. Puso en práctica ciclos de conferencias, la construcción de la Casa del Estudiante (albergue para jóvenes de escasos recursos) y la edición de una revista que llamaría La Universidad. Impulsó los centros de estudiantes, que venían gestándose desde 1922.

En febrero de 1928 con motivo del Carnaval, se organizó la Semana del Estudiante; Carbonell apoyó esas celebraciones, que terminaron en protestas y revueltas estudiantiles, iniciadas con el reinado de Beatriz I (Beatriz Peña): una concentración en la parroquia La Pastora conllevó duras críticas y protestas contra el régimen de Gómez. Los estudiantes Pío Tamayo, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Joaquín Gabaldón Márquez y otros solicitaban cambios en las libertades y en las políticas de Estado. Más de 200 jóvenes fueron apresados y llevados al castillo de Puerto Cabello. El gobierno no consideró necesario tomar represalias en contra del rector Carbonell, así que permaneció como profesor en las cátedras de Higiene y de Psicología Experimental en la Escuela de Medicina, y de Medicina Legal de la Facultad de Derecho; no obstante, renunció al rectorado. Posteriormente la Cancillería lo designó delegado por Venezuela al VI Congreso Panamericano del Niño, en Lima, donde presentó una ponencia titulada Matrimonio eugenésico y sus posibilidades en América, impulsando la conveniencia del examen médico prenupcial como garantía sanitaria.

En 1929 abandonó la medicina e ingresó en la carrera diplomática y fue nombrado ministro de Venezuela en Brasil. En 1930 retornó a la diplomacia al ejercer un cargo en Bélgica. Cinco años más tarde fue nombrado embajador en Colombia, cargo que ejerció también en Bolivia en 1939 y en México en 1941, de este último país fue un gran admirador; en su honor publicó la obra Jaculatorias, donde hace alusión muy especial a la Virgen de Guadalupe. Sus quebrantos de salud golpeaban su vitalidad obligándole a alejarse del cargo y de México. En julio de 1942 regresó a Caracas. Durante 1943 y 1944 fue diputado por el estado Sucre ante el Congreso de la República.

A la Academia Nacional de Medicina ingresó en 1925, en sustitución del Dr. Juan Díaz y llegó a ser su Presidente entre 1938 y 1940. Se convirtió en Individuo de número de la Academia Nacional de la Historia en 1943 y de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales en 1944. También en 1944 fundó la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (como subdirector) junto con otro sucrense, Santos Aníbal Dominici (director). Fue Miembro Correspondiente de las Academias de Medicina de Colombia y de Bolivia y dirigió la Revista de la Confederación Sanitaria Nacional (1940).

Además de aplicar conceptos de la ciencia de la conducta al examen de figuras históricas, como Simón Bolívar, o literarias, como Rubén Darío, Carbonell estudió las corrientes historiográficas en Escuelas de historia de América (1943) y fue constante divulgador de la ciencia, tanto en sus libros Filósofos naturalistas venezolanos (1939), De filosofía y de historia (1942) y En torno a la ciencia (1929), como en sus perfiles de Charles Darwin, Max Nordau y Santiago Ramón y Cajal, o en sus estudios sobre Luis Razetti (1933) y José Gregorio Hernández (1945). En su extensa bibliografía científica también abordó el miedo a la muerte, la educación sexual, los problemas de la llamada tercera edad, las patologías sexuales, las neurosis creadoras y la eutanasia. En sus trabajos históricos predomina la figura de Bolívar.

Diego Antonio Carbonell Espinal dejó un legado como hombre de pensamiento libre, intelectual completo y firme, culto, apasionado de las letras y de la ciencia, humanista integral y convencido positivista para quien la lógica y la experimentación eran las bases sólidas del conocimiento. Falleció en Caracas el 13 de junio de 1945, como consecuencia de un carcinoma de próstata.

Diego Cabonell "Psicopatologia de Bolivar"


Referencias:
Ramos de Francisco, Consuelo (2015). Diego Carbonell: Médico, historiador, diplomático y escritor. Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (http://revista.svhm.org.ve/ediciones/2015/1/art-4/).

Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Diego_Carbonell), con base en Fundación Polar (1997). Diccionario de Historia de Venezuela (incorpora material de una entrada de Venciclopedia, publicada bajo licencia GFDL).

No hay comentarios:

Publicar un comentario