miércoles, 23 de octubre de 2019

Bartolomé Tavera Acosta


Carúpano, 24 de marzo de 1865 - Maracay, 8 de febrero de 1931


Bartolomé Tavera Acosta

Hijo de Rosa Acosta Peña y el general Juan Bautista Tavera, se dedicó tempranamente al periodismo junto al poeta Andrés Mata, con quien dirigió en Carúpano los periódicos El Día y El Poder Civil (1887-1888). Comprometido en la Revolución Legalista (1892) a favor del gobierno de Raimundo Andueza Palacios, tuvo que abandonar su ciudad natal al ser este derrocado. Se estableció primero en Margarita, donde fundó el periódico La Aurora, y luego en Ciudad Bolívar editó el semanario Ecos y Notas en 1896, además de participar en la creación de la revista Horizontes.

En 1905 ve la luz su obra Anales de Guayana, donde expone la historia de esa región desde el encuentro entre los habitantes originarios y los colonizadores europeos hasta mediados del siglo XIX.

Su interés etnográfico por los indígenas de Guayana le impulsó a recorrer todo el país, esfuerzo que plasmó en su vasta obra Los petroglifos de Venezuela, publicada en 1956 por la Universidad Central de Venezuela.

Además de historiador, periodista y pionero de la etnología en el país, Tavera Acosta fue un político activo. En 1900 ejerció la gobernación del territorio Amazonas, en 1904 resultó electo diputado a la Asamblea Legislativa del estado Bolívar y entre 1921 y 1922 se desempeñó como secretario general de Gobierno de esa entidad federal. En 1929 fue designado presidente del estado Aragua y en 1930 ocupó un escaño como senador en el Congreso Nacional, hasta su fallecimiento al año siguiente.

Fuente:
Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, Memoria de la Ciencia en Venezuela. Biografía de Bartolomé Tavera Acosta.

Diego Antonio Carbonell Espinal


Cariaco, 13 de noviembre de 1884 - Caracas, 13 de junio de 1945.

Diego Antonio Carbonell Espinal


José Antonio Carbonell, un catalán que llegó a Venezuela en 1829, se estableció en el Puerto de Cariaco. Uno de sus hijos, Manuel Carbonell, regentó durante toda su vida la botica del pueblo y se desempeñó como maestro. Del matrimonio de este con Benigna Espinal nacieron, además de Diego, Manuel y Ramón.

Diego Carbonell estudió primaria y bachillerato entre Carúpano y Cumaná. Su infancia transcurrió en Cariaco, rodeado de su familia y de un ambiente intelectualmente fértil caracterizado por tertulias, noticias y adelantos tecnológicos, lectura de la prensa, inquietudes de sus padres, la escuela, y cambios políticos en el país.

Diego Antonio Carbonell Espinal


Se mudó a Caracas a los 16 años, pocos días después de la entrada de Cipriano Castro al poder. En la capital comenzó a trabajar con su hermano en la farmacia de la esquina de Miracielos, a la vez que completaba sus estudios en la Escuela Politécnica, bajo la dirección de Luis Espelozín. Esta escuela dejó profundas huellas en la educación de Carbonell, pues él mismo refirió que esta institución se esforzaba por enseñar la reflexión y las responsabilidades morales. En ese plantel sustituyó temporalmente al profesor de Química.

Ingresó luego a la Universidad Central de Venezuela para estudiar Medicina. La Facultad era atendida en ese entonces por un grupo de profesores que habían regresado de Europa luego de realizar estudios de especialización. Desde 1893 habían transformado no solo el plan de estudios sino que, además, revisaron y transformaron la infraestructura y los métodos utilizados en la universidad. Las nuevas ideas llegadas de Europa, la nueva ciencia, los cambios profundos en la medicina, el inicio de la medicina experimental, el biologismo y el positivismo, penetraron el pensamiento social y científico de la época, a pesar de la difícil situación política y socioeconómica del país.

Ilustres profesores como José Gregorio Hernández, Santos Aníbal Dominici, Luis Razetti, Pablo Acosta Ortiz, Guillermo Delgado Palacios, Elías Toro, Francisco Antonio Rísquez y José Ignacio Baldó, entre otros, asumieron el compromiso con la universidad y el país. Carbonell sintió gran admiración por Razetti y Hernández. A este último, lo consideró el Claude Bernard venezolano, no solo por haber establecido los estudios de Fisiología en la universidad sino también por su capacidad docente.

Siendo alumno de medicina publicó algunos artículos cortos como Las vías nerviosas del amor, La vida animal y La vida vegetal. En 1909 publicó su primer libro, Química Ancestral y Humana, basado en la nueva teoría del origen de la vida y de las especies, el cual fue prologado por el Dr. Guillermo Delgado Palacios. Asimismo, escribió un corto ensayo sobre la acción de masturbarse o de interrumpir el acto sexual antes de la eyaculación, titulada El onanismo, publicado en revistas de medicina de México y en la Revista Iberoamericana de Ciencias Médicas de España. En Venezuela, el folleto causó reacciones adversas. Participó y fue ganador, con el trabajo La influencia de Charles Darwin en el progreso de la medicina moderna, en el concurso de la Academia Nacional de Medicina, con motivo del Centenario del nacimiento de Charles Darwin (1909).

Como estudiante fue enviado por el gobierno venezolano en condición de delegado al congreso de la Gran Colombia en Bogotá, en compañía de los bachilleres Bruzual López, de la facultad de Ciencias Políticas; Felipe Aguerrevere, de Ciencias Exactas, y Marcos Godoy, de Ciencias Eclesiásticas; allí presentó la ponencia El estado actual de la Medicina en Venezuela, donde analiza la situación de la salud en nuestro país. Terminó sus estudios de medicina con la tesis Estómago tropical.

El 1 de diciembre de 1910 se graduó de médico en la UCV. En 1911 viajó a París para especializarse en enfermedades nerviosas y gástricas. En 1911 trabaja en los hospitales de Saint-Antoine y Hôtel Dieu, bajo la dirección de científicos y médicos muy reconocidos en su época. En su vida parisina se reunía con intelectuales y artistas como Tito Salas y Rubén Darío; de ambos fue médico personal. En la capital francesa publicó Crónicas y siluetas, utilizando el seudónimo de Alex de Tralles. En 1914, al estallar la Primera Guerra Mundial, prestó sus servicios como médico y chofer de ambulancia en la Cruz Roja francesa. Escribió artículos que informaban sobre la situación de la Guerra Europea en el diario venezolano El Universal, en la sección titulada Correspondencia de París. En 1915 fue nombrado cónsul general de Venezuela en París. El año siguiente editó su Psicopatología de Bolívar, obra que perturbó el ambiente intelectual venezolano por su escandalosa resonancia.

Regresó a Venezuela en 1916 y fijó su residencia en San Cristóbal, donde ejerció la medicina. Luego se trasladó a Mérida, donde instaló una clínica privada. El Dr. Carlos Aristimuño Coll, ministro de Instrucción Pública, le solicita que se encargue del rectorado de la Universidad de Los Andes. Carbonell acepta y se encarga de dicho rectorado el 15 de junio de 1917 y de la dirección del Liceo de Mérida; ejerció ambas responsabilidades hasta 1921. Se casó en esa ciudad en 1919 con María Cristina Parra Salas, nieta de Caracciolo Parra Olmedo (conocido como el Rector Heroico de la Universidad de Los Andes) e hija del general Caracciolo Parra Picón, quien fue vicepresidente de la República durante el Interinato del presidente Victorino Márquez Bustillos, en la dictadura de Juan Vicente Gómez.

La Universidad de Los Andes, creada en 1785, venía de una rigidez eclesiástica y estructural. Carbonell se propuso cambios marcados por estructuras educativas más libres y una intensa producción científica y literaria.

Fue muy destacada su labor en esa casa de estudios: cambios, adelantos, libertad de pensamiento, instalación de la escuela de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, estudios de Farmacia, asignaturas como Agrimensura, reorganización de la imprenta, edición de la Gaceta Universitaria. Escribió muchos trabajos, promovió conferencias y estableció el programa de Conferencias universitarias. Carbonell sacudió el entorno académico y estimuló los cambios de las estructuras estudiantiles sobre el papel que les asistiría como profesionales. Durante su rectorado escribió varios libros y ensayos, describió especies botánicas y accidentes geológicos y refirió, como médico, la fatiga de los páramos.

Durante su estancia en Mérida promovió un hospital para la población pobre, pues la pobreza y la miseria diezmaban la población. De allí su reflexión sobre la importancia del ejemplo de los padres y de la educación para corregir esos efectos. La campaña incluyó temas sobre alcoholismo, enfermedades venéreas y temas sociales. El movimiento produjo una reacción de la sociedad merideña contra Carbonell. No obstante, dejó profundas huellas en el claustro universitario, los estudiantes y la sociedad merideña.

Además de rector de la Universidad de Los Andes, Diego Carbonell fue docente y rector de la Universidad Central de Venezuela (1926-1929). Le impuso al cargo un entusiasmo que se tradujo en reformas académicas con mayor valoración de la ciencia y la cultura. Puso en práctica ciclos de conferencias, la construcción de la Casa del Estudiante (albergue para jóvenes de escasos recursos) y la edición de una revista que llamaría La Universidad. Impulsó los centros de estudiantes, que venían gestándose desde 1922.

En febrero de 1928 con motivo del Carnaval, se organizó la Semana del Estudiante; Carbonell apoyó esas celebraciones, que terminaron en protestas y revueltas estudiantiles, iniciadas con el reinado de Beatriz I (Beatriz Peña): una concentración en la parroquia La Pastora conllevó duras críticas y protestas contra el régimen de Gómez. Los estudiantes Pío Tamayo, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Joaquín Gabaldón Márquez y otros solicitaban cambios en las libertades y en las políticas de Estado. Más de 200 jóvenes fueron apresados y llevados al castillo de Puerto Cabello. El gobierno no consideró necesario tomar represalias en contra del rector Carbonell, así que permaneció como profesor en las cátedras de Higiene y de Psicología Experimental en la Escuela de Medicina, y de Medicina Legal de la Facultad de Derecho; no obstante, renunció al rectorado. Posteriormente la Cancillería lo designó delegado por Venezuela al VI Congreso Panamericano del Niño, en Lima, donde presentó una ponencia titulada Matrimonio eugenésico y sus posibilidades en América, impulsando la conveniencia del examen médico prenupcial como garantía sanitaria.

En 1929 abandonó la medicina e ingresó en la carrera diplomática y fue nombrado ministro de Venezuela en Brasil. En 1930 retornó a la diplomacia al ejercer un cargo en Bélgica. Cinco años más tarde fue nombrado embajador en Colombia, cargo que ejerció también en Bolivia en 1939 y en México en 1941, de este último país fue un gran admirador; en su honor publicó la obra Jaculatorias, donde hace alusión muy especial a la Virgen de Guadalupe. Sus quebrantos de salud golpeaban su vitalidad obligándole a alejarse del cargo y de México. En julio de 1942 regresó a Caracas. Durante 1943 y 1944 fue diputado por el estado Sucre ante el Congreso de la República.

A la Academia Nacional de Medicina ingresó en 1925, en sustitución del Dr. Juan Díaz y llegó a ser su Presidente entre 1938 y 1940. Se convirtió en Individuo de número de la Academia Nacional de la Historia en 1943 y de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales en 1944. También en 1944 fundó la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (como subdirector) junto con otro sucrense, Santos Aníbal Dominici (director). Fue Miembro Correspondiente de las Academias de Medicina de Colombia y de Bolivia y dirigió la Revista de la Confederación Sanitaria Nacional (1940).

Además de aplicar conceptos de la ciencia de la conducta al examen de figuras históricas, como Simón Bolívar, o literarias, como Rubén Darío, Carbonell estudió las corrientes historiográficas en Escuelas de historia de América (1943) y fue constante divulgador de la ciencia, tanto en sus libros Filósofos naturalistas venezolanos (1939), De filosofía y de historia (1942) y En torno a la ciencia (1929), como en sus perfiles de Charles Darwin, Max Nordau y Santiago Ramón y Cajal, o en sus estudios sobre Luis Razetti (1933) y José Gregorio Hernández (1945). En su extensa bibliografía científica también abordó el miedo a la muerte, la educación sexual, los problemas de la llamada tercera edad, las patologías sexuales, las neurosis creadoras y la eutanasia. En sus trabajos históricos predomina la figura de Bolívar.

Diego Antonio Carbonell Espinal dejó un legado como hombre de pensamiento libre, intelectual completo y firme, culto, apasionado de las letras y de la ciencia, humanista integral y convencido positivista para quien la lógica y la experimentación eran las bases sólidas del conocimiento. Falleció en Caracas el 13 de junio de 1945, como consecuencia de un carcinoma de próstata.

Diego Cabonell "Psicopatologia de Bolivar"


Referencias:
Ramos de Francisco, Consuelo (2015). Diego Carbonell: Médico, historiador, diplomático y escritor. Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (http://revista.svhm.org.ve/ediciones/2015/1/art-4/).

Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Diego_Carbonell), con base en Fundación Polar (1997). Diccionario de Historia de Venezuela (incorpora material de una entrada de Venciclopedia, publicada bajo licencia GFDL).

Hilda Pérez Carvajal


Cumaná, 11 de mayo de 1945 - Caracas 19 de julio de 2019

Hilda Pérez Carvajal


Bióloga venezolana, egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV), doctora en Inmunoparasitologia, distinguida con el Premio Mujeres en Ciencia, año 2013. Sus estudios de malaria y leishmaniasis lograron grandes avances. Además ocupó diez cargos en organizaciones de nivel mundial y más de 15 en Venezuela, uno de estos la Presidencia de la Sociedad Venezolana de Parasitología, a finales de la década de 1980.

Pérez Carvajal, quien se desempeñó como investigadora del Centro de Microbiología y Biología Celular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), formó parte del equipo de trabajo venezolano que logró demostrar, por primera vez a escala mundial, la relación que guardan las manifestaciones clínicas de la leishmaniasis cutánea americana con la constitución genética del individuo.

Referencias:

Ramírez, Francis (2006). Hilda Pérez Carvajal, apasionada de la investigación.
Vitae, Academia Biomédica Digital, Facultad de Medicina UCV (https://vitae.ucv.ve/?module=articulo&rv=7&n=44).

Luis Daniel Beauperthuy


Santa Rosa, Guadalupe, Antillas Francesas, 26 de agosto de 1807 - Bartica Grove, Guyana, 3 de septiembre de 1871.

Luis Daniel Beaperthuy


He ahí la obra que yo me he impuesto; obra ardua, erizada de dificultades, sometida a las interpretaciones mas desfavorables; obra donde el investigador que asume la iniciativa, solo cuenta con el apoyo de su conciencia, mientras que, por otra parte, ha de combatir a la vez las tradiciones religiosas mal interpretadas, el veredicto negativo y desconsolador de las celebridades científicas, la malquerencia de muchos, la incredibilidad de casi todos.
Luis Daniel Beauperthuy

Uno de los ocho hijos de Pierre Daniel Beauperthuy y Marie Sauveur Desbonne, Luis Daniel se trasladó en su adolescencia desde Guadalupe a Francia, donde obtuvo sucesivamente el diploma de Bachiller en Letras, el 1 de agosto de 1829, y el título de Doctor en Medicina, el 12 de septiembre de 1837, por la Universidad de París. Ese mismo año fue designado por el Museo de Historia Natural, Viajero Naturista.

Después de su regreso de Francia, Beauperthuy permaneció poco tiempo en la isla de Guadalupe. Llegó a Venezuela en 1839 y en ese mismo año revalidó su doctorado ante la Facultad de Medicina de Caracas. Desembarcó en Cumaná en 1841, a los 34 años de edad. Contrajo matrimonio el 10 de noviembre de 1842 con Ignacia Sánchez Mayz, hija de Dionisio Sánchez Centeno e Inés Mayz Alcalá, de cuyo enlace hubo tres hijos: Pedro Daniel, casado con Manuela Mayz Vigas y quien fue destacada figura de la sociedad, la política y la agricultura del Oriente de la República; Inés, esposa de Eduardo Berrizbeitia, muy citada por el padre en su correspondencia particular, e Ignacia, quien murió soltera en 1868.

Luis Daniel Beaperthuy


En 1850 fue designado profesor de Anatomía en Ciencias médicas en el Colegio Nacional de Cumaná. En 1853 se produjo en esa ciudad un brote epidémico de fiebre amarilla y como médico de Sanidad rindió intensas jornadas de auxilio a los enfermos, como responsable de esa campaña.

En varias oportunidades fue miembro de las Juntas Locales de Sanidad: en 1859 lo designaron Médico Cirujano Mayor del Ejército en el Estado Federal de Cumaná, Médico de los Pobres y Desvalidos en 1865 y Médico del Hospital de Lázaros en 1867. Durante largo tiempo desempeñó el cargo de Agente Consular de Francia. En 1853 y 1854, era médico de Ciudad, cuando Cumaná fue arrasada por un terremoto y azotada, sucesivamente, por epidemias de fiebre amarilla, viruela y cólera. Entre el afecto de su hogar, la pasión por su microscopio, el desempeño de cargos y los estudios acerca de la fiebre amarilla, la lepra y otras enfermedades de no menor importancia, discurrió el transito de Beauperthuy por la ciudad oriental, hasta 1870, año en que se marchó para siempre.

Beauperthuy fue a la vez médico e investigador, pero en los últimos años de su vida, la investigación absorbió casi todo su tiempo; sin embargo, lo digno de admiración es que lo hizo en Cumaná, considerada para la época una de las más remotas e incultas regiones de la Tierra. Allí, en ese rincón insignificante, alejado de todo gran centro científico, trazó nuevos horizontes a la Medicina al prever la posibilidad de que ciertas enfermedades eran transmitidas por mosquitos.

Armado de un microscopio, cuando el uso de este instrumento aún no se había generalizado, Viajó a mediados del siglo XIX por las regiones rurales de Venezuela, estudiando por medio de las técnicas disponibles para entonces la orina, excreciones y secreciones de los pacientes.

Beauperthuy actuó en la era prepasteuriana, cuando se encontraba en su apogeo la teoría miasmática para la explicación de la génesis de las enfermedades en general. Desde un principio quebró lanzas contra los sistemas existentes, al pensar que la ciencia no subsiste sino a base de búsqueda eterna, concediéndole mayor importancia a la práctica. Apenas recién graduado, emitió su teoría acerca del origen parasitario de la mayor parte de las enfermedades infeccionas; en 1838, en un ensayo escrito en colaboración con su compañero de estudios Adel de Rosseville, presentado a la Academia de Ciencias de París, atribuyó la causa del fenómeno de la putrefacción a la presencia de animalillos en la materia orgánica descompuesta. Según su pensamiento, las enfermedades habían sido ciertamente estudiadas, casi por completo, en sus síntomas, su marcha, su duración, su pronóstico y su terminación, pero ello no equivalía a que la obra estuviese terminada, le faltaban dos puntos capitales: la etiología o el conocimiento de las causas que las producen, y la terapéutica, o sea, los medios propios de combatirlas. En total, contrariamente a todos sus contemporáneos y a los sistemas científicos vigentes entonces, Beauperthuy elaboró su propia hipótesis, según la cual la mayoría de las enfermedades obedecían a la presencia de parásitos, los que eran transmitidos, casi siempre, por la inoculación insectil.

Luis Daniel Beaperthuy

En la evolución de los conocimientos amarílicos cabe distinguir tres hitos fundamentales o acontecimientos culminantes:

Primero: En 1854, Beauperthuy, incrimina a los mosquitos tipularios como agentes responsables de la transmisión de la fiebre amarilla.

Segundo: En 1881, Carlos Juan Finlay emite su teoría de que la fiebre amarilla era transmitida de hombre enfermo a hombre sano por la picadura del culex mosquito, después llamado Stegomya fasciata.

Tercero: En 1900-1901, la Comisión Médica Militar Americana, compuesta por Walter E. Redd, Jesse W. Lazear, James Carroll y Arístides Agramonte, confirma la teoría finlaista, demostrando a su vez, de manera concluyente, que la enfermedad era debida a un virus, el cual era ingerido por el Aedes aegypti, en cuyo cuerpo permanecía indefinidamente, pero que dicho mosquito no infectaba sino después de doce días de haber picado previamente a personas enfermas, y que el virus sólo existe en la circulación general de los pacientes durante los primeros días del proceso.

Corresponde, entonces, a Beauperthuy el título de Precursor. Su trabajo original vió la luz pública en la Gaceta Médica de Cumaná, Nº 57, del 23 de mayo de 1854, o sea 27 años antes de que Finlay anunciara su teoría. El médico cubano Arístides Agramonte, integrante de la Comisión ratificadora del descubrimiento de Finlay, dictó el veredicto: “Reclamo para Beauperthuy, el título de abuelo de la teoría del mosquito en la fiebre amarilla, ya que todos reconocemos al Dr. Finlay la paternidad de la doctrina moderna”.

Para la época, Claude Bernard y Louis Pasteur aun no habían realizado sus trascendentales descubrimientos; la entomología médica no existía y, lo que resulta muy significativo, reinaba no solo la más completa oscuridad en cuanto a la naturaleza de la fiebre amarilla sino que, además, se ignoraba en absoluto el papel de los insectos en la propagación de enfermedades, hasta 1879, en que tuvo lugar el descubrimiento de la transmisión de la filaria por mosquitos, hecha por Patrick Manson. Estas circunstancias no hacen más que acrecentar el mérito de Beauperthuy.

Ya en plena madurez de su vida, se entregó al estudio de la etiología y tratamiento de la “elefantiasis de los griegos”, en una época en que la mayoría de los médicos consideraban a los leprosos pacientes incurables. Lo que al principio fue simple curiosidad intelectual o intención de hacer el bien, se transformó en obsesión, a tal punto que fue abandonando todas sus actividades hasta consagrarse por completo al estudio de la lepra. Así, pues, sobresalen en la vida científica de Beauperthuy, dos etapas bien definidas: la primera, en relación a las fiebres, particularmente la amarilla, y la segunda vinculada exclusivamente con la lepra. Desde 1867 datan sus primeras publicaciones, en la Gaceta Médica de Cumaná, sobre el tratamiento de dicha enfermedad. Su extensa monografía sobre la lepra está contenida, con el titulo de Elephantiasis, en el libro Travaux Scientifiques, por encima de las deficiencias y errores propios del atraso en que para entonces se hallaba la Medicina. No compartió de modo absoluto la teoría de la transmisibilidad hereditaria de la lepra, aun cuando aceptó la existencia de las heredo-predisposiciones individuales que favorecen el desarrollo de la afección en los hijos de leprosos; fue hostil al matrimonio entre los leprosos; un partidario del contagio de dicha enfermedad, un precursor al conjeturar que los lepromas eran causados por gérmenes, añadiendo que estos procedían de la inoculación exterior, sin la cual no se desarrollaba la afección.

Al igual que en el caso de la fiebre amarilla, el estudio y las observaciones de Beauperthuy se extendieron por varios años, hasta que después de un intenso y prolongado trabajo, lejos de ser siempre grato por cuanto hubo de luchar contra los prejuicios populares, y también, como él decía, con la ignorancia de los sabios, obtuvo su fruto al idear un tratamiento personal de la lepra, en el cual el elemento original constistía en cauterizaciones con aceite preparado con el fruto del merey (Anacardium occidentale).

En tanto que sus primeros trabajos referentes a la fiebre amarilla y los insectos tipularios pasaron desapercibidos, sin pena ni gloria, muy distinto fue el resultado en el caso de la lepra. Súbita esperanza resplandeció entre los afectados por el espantoso mal y la noticia del método terapéutico de Beauperthuy se esparció por numerosos países, como India, Noruega, etc., lo cual tuvo como consecuencia que los servicios del autor fueron muy solicitados en las Antillas Occidentales y Sudamérica.

Una ráfaga de celebridad cayó sobre Beauperthuy, dando por resultado que el gobierno de Trinidad y luego el Colegio de Médicos de Londres enviaran en 1868 al doctor Bakewell, y Francia al doctor Brassac en 1869, para que examinaran y rindieran un informe acerca del nuevo tratamiento descubierto en Venezuela. Bakewell y Brassac llegaron a un acuerdo con Beauperthuy, y el 20 de mayo de 1869 firmaron un convenio cuyo articulado constituye, por sí mismo, un monumento a la glora de este, quien convino en comunicar a dichos delegados los detalles de su método terapéutico para que lo experimentasen en sus lugares de origen, sin ningún interés monetario inmediato, reservándose solo la posibilidad de una recompensa, por parte de los gobiernos en referencia, únicamente en el caso de que el procedimiento resultase exitoso.

En 1870, Beauperthuy abandonó comodidades, familia y la patria chica para irse a atender el llamado de la Guayana Inglesa. Llegó a Demerara en los primeros días de febrero de 1871 y, después de previos arreglos con las autoridades locales, se encargó del hospital de leprosos, especialmente edificado para el ensayo de su tratamiento, situado en la isla Kaow, en la confluencia de los ríos Mazaruni y Esequibo.

“Desde el 11 de este mes he llegado a la residencia que me está destinada para vivir – le escribía a su esposa, con fecha 19 de febrero. Es un lugar sano, bien ventilado. La casa que habito es grande pero presenta poca comodidad para una familia tan larga como la mía. En el caso que resuelva reunir a mi familia a mi lado tendrán que fabricar una casa más grande. Los enfermos habitan en una isla vecina cerca de una milla de mi casa de habitación. Ellos están ya en curación. Son dóciles, nada les falta, tienen buenos alimentos y buena asistencia.

Desde que estoy aquí tengo el espíritu tranquilo. El Gobierno de Demerara y los habitantes favorecen mi empresa, y estaría feliz sino fuera por la separación de mi familia. Sin embargo, espero que Dios, que me ha favorecido tanto en mi empresa, nos facilitará pronto los medios de vivir todos juntos. Me prometo los mejores resultados de mis trabajos. Los enfermos no podrán cometer ningún desarreglo, lo que sucedía con frecuencia en Cumaná”.

Beauperthuy no supo cual fue el destino de sus heroicos esfuerzos. Falleció a los seis meses de haberse instalado en Demerara. A pocos años de su muerte el sistema era abandonado en vista de su ineficiencia comprobada.

Falleció súbitamente, a las cinco de la mañana del 7 de septiembre de 1871. Las noticias de su deceso y entierro fueron dadas por el periódico local “The Colonist”, en los términos siguientes:

“Con extremo pesar anunciamos la muerte repentina por apoplejía del Dr. Beauperthuy, en el Establecimiento para Leprosos de la Isla Kaow, donde se encontraba aplicando su método de tratamiento de la lepra. Según parece, el Doctor dormía en su hamaca cuando los estertores de su respiración llamaron la atención de la señora Beauperthuy, esposa de su sobrino, quien vivía con él. Trató, sin lograrlo, levantar al Dr. Beauperthuy; en pocos minutos murió, sin poder hablar o reanimarse”.

Referencias:

Archila, Ricardo (28 de julio de 1953). Luis Daniel Beauperthuy. Revisión de una vida. Conferencia dictada en la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina. Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (http://revista.svhm.org.ve/ediciones/1953/3/art-2/).

Revista del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, INHRR v.39 n.1 Caracas jun. 2008 (http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-04772008000100012).

Luz Bettina Villalobos


Bogotá, 9 de julio de 1956 - Cumaná, 27 de noviembre de 2016

Luz Bettina Villalobos

Hija de Francisco José Villalobos Semprún (Médico Cirujano) y Graciela Anaya López (ama de casa), a muy tierna edad ingresó a Venezuela y se residenció en este país desde entonces. Su padre realizó los trámites para que Luz Bettina manifestara su voluntad de acogerse a la nacionalidad venezolana cuando ella tenía 12 años. Fue la mayor de tres hermanas, seguida por María Auxiliadora (1958) y María Consuelo (1960). Sus estudios de primaria y hasta el tercer año de bachillerato los realizó en el Colegio La Epifanía en Maracaibo y el cuarto y quinto año en el Colegio San Vicente de Paúl de la misma ciudad. Ingresó a la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas, para estudiar Educación mención Biología y al año siguiente obtuvo una beca de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho para estudiar en Inglaterra, pero, al no tener el consentimiento de sus padres, la Fundación cambió la beca a Venezuela y se trasladó a Cumaná para iniciar sus estudios de Licenciatura en Biología, mención Biología Marina, en la Universidad de Oriente (UDO).

Mientras cursaba el pregrado su mayor entretenimiento era el submarinismo, actividad que contribuyó a desarrollar su pasión por el mar y la vida marina. Esto la llevó, junto con otros compañeros de estudio, a fundar el Centro de Actividades Subacuáticas de la UDO (CASub UDO) en 1972.

Culminó la licenciatura en 1985; en 1996 obtuvo el título de Maestría en Biología Aplicada, mención Microbiología, en la misma Universidad, y en 2012 el título de Doctora en Ciencias en la Universidad Simón Bolívar. Poco antes de finalizar su licenciatura en Biología contrajo matrimonio con el Dr. Jesús Bastardo González, docente-investigador del Departamento de Biología de la UDO. De dicha unión nacieron Rosa Graciela (Socióloga) y Javier Alejandro (Ingeniero de Mantenimiento Industrial).

Recién graduada de bióloga, Luz Bettina fue contratada por el Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias (FONAIAP), Estación Experimental Sucre (1985), a través del Programa de Desarrollo Tecnológico (PRODETEC), para hacerse responsable de la Sección de Microbiología (1985-1990) y del Laboratorio de Toxicología (1986 y 1988). En el tiempo que permaneció en dicha institución logró desarrollar y poner en funcionamiento el Laboratorio de Microbiología de Alimentos; estandarizó la prueba para la detección de toxina paralizante en ratones, y fue responsable de varias actividades de investigación y de servicio, enmarcadas en el control bromatológico y microbiológico de alimentos, especialmente de origen marino.

En 1990 fue contratada como profesora instructora a dedicación exclusiva de la asignatura Microbiología General del Departamento de Biología de la Escuela de Ciencias de la UDO, y colaboró con la Escuela de Educación dictando la asignatura Introducción a la Microbiología en la misma universidad (1990-2013). Al inaugurarse el Programa de Bioanálisis, de la Escuela de Ciencias de la UDO, diseñó el programa de Microbiología General para esa carrera y dictó esta asignatura durante cinco años (1990-1995). En 1994 ganó el concurso por oposición en la asignatura Microbiología Aplicada y en 1998 se incorporó al Postgrado en Biología Aplicada, como profesora de planta, para dictar las asignaturas Fisiología Microbiana y Relación Microorganismo - Huésped Animal, entre otras. También fue invitada a otros postgrados del país para dictar cursos y charlas relacionados con estos tópicos. Llegó a ser coordinadora del Postgrado en Biología Aplicada (2000-2005) y jefa del Laboratorio de Microbiología del mismo postgrado (2000-2016). Fue miembro de la Comisión de Asesoría Técnica de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (ACEFIMAN) (2007-2016).

Luz Bettina Villalobos-Parte del equipo editorial SABER,  reunidos el 19 octrubre 2016


Sus líneas de investigación estuvieron orientadas a la detección molecular y convencional de patógenos emergentes en alimentos, la etioepidemiología de la gastroenteritis infecciosa infantil y la seroepidemiología de la infección por Helicobacter pylori. Los hallazgos de sus investigaciones fueron publicados en revistas nacionales y extranjeras (31 publicaciones), y presentados en importantes congresos (95 en total) tanto en Venezuela como fuera del país. Además, fue asesora de más de treinta tesistas de pregrado y postgrado.

Con el apoyo de microbiólogos de las áreas clínica, industrial y ambiental, y virólogos, micólogos, inmunólogos e infectólogos destacados en la región oriental de instituciones como la UDO-Sucre, el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA) y el Instituto Universitario de Tecnología de Cumaná (IUT-Cumaná), fundó el Capitulo Sucre de la Sociedad Venezolana de Microbiología (SVM) en abril de 2001, el cual presidió hasta 2005. Allí desarrolló diferentes actividades, como conferencias, cursos de actualización y simposios para todos los interesados en la Microbiología (bioanalístas, biólogos, médicos). Entre 2013 y 2014 formó parte de la Junta Directiva Nacional de la Sociedad Venezolana de Microbiología como Secretaria de Publicaciones. Además, propició y organizó actividades para la promoción y difusión de la ciencia, consiguiendo alianzas interinstitucionales para ello e imprimiendo su sello personal a varios eventos, como el Congreso Científico de la UDO y Fronteras de la Ciencia.

Luz Bettina Villalobos fue distinguida con varios reconocimientos académicos y científicos, entre los cuales cabe mencionar el otorgado por la Comisión Nacional de Beneficio Académico (CONABA) nivel II (1998) y nivel III (2000); Candidata al Programa de Promoción del Investigador (PPI, 2003); Programa de Estímulo al Investigador de la UDO (2004 y 2006); Premio Josefina Gómez Ruíz, otorgado por la Sociedad Venezolana de Microbiología, Mención Microbiología de los Alimentos (2004); PPI Nivel II (2008); Programa de Estímulo a la Investigación e Innovación (PEII) B (2011), y Sistema Acreditación de la Universidad de Oriente (SAI-UDO) Nivel V (2013). También arbitró las revistas: Saber, Ciencia, Revista Científica del Zulia, Archivos Latinoamericanos de Nutrición, Revista de la Sociedad Venezolana de Microbiología, Revista Panamericana de Salud y Diagnostic Microbiology and Infectious Diseases, entre otras.

Después de haber alcanzado la categoría de profesora titular, Luz Bettina decidió acogerse al derecho a la jubilación (2015), continuando con sus actividades académicas en postgrado y como editora adjunta de la Revista SABER del Consejo de Investigación de la UDO (2010-2016), donde compartió el liderazgo con el editor jefe para rescatar, reactivar y actualizar una revista que llevaba aproximadamente dos años sin emitir un solo número, a la par de trabajar en el desarrollo del entorno web decidido para su funcionamiento, completar e incorporar los elementos que exige el Open Journal Systems, estudiándolo, aprendiéndolo y trasladando esa experiencia hacia los nuevos colaboradores, y una vez encaminado el formato web, buscar y completar las exigencias de los índices internacionales, como ScieLo, Redalyc, ROAD, pero con el norte puesto en la Web of Science y Scopus, para lo cual dejó muy adelantado el expediente de evaluación, entre otras tareas en tránsito.

El 18 de noviembre de 2016 en un acto realizado en el Instituto de Investigaciones en Biomedicina y Ciencias Aplicadas (IIBCA-UDO), el Postgrado en Biología Aplicada y los miembros de la Sociedad Venezolana de Microbiología Capítulo Sucre, le otorgaron un reconocimiento por su gran espíritu de trabajo, profesionalismo y destacada labor en el campo de la Microbiología en la UDO y como miembro fundadora del Capítulo Sucre, al cual asistió, a pesar de su delicado estado de salud, y recibió con mucha alegría y orgullo. Diez días después de este reconocimiento (27 de noviembre de 2016) Luz Bettina Villalobos dejó de existir debido a una penosa enfermedad contra la cual luchó durante tres años, pero que supo llevar con mucha entereza y valentía, manteniendo siempre la hermosa sonrisa que la caracterizaba e incluso dándole ánimo a otras personas debido a su alta sensibilidad humana, dispuesta a ayudar a cualquiera que lo necesitara. Su calidad espiritual fue única y su amor por la familia lo más importante.

Referencias:

Antonio José Maldonado Noguerol.
Revista de la Sociedad Venezolana de Microbiología (http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-25562017000100002).

Editorial: Gracias Luz Bettina, por compartir tanto de ti.
Marycruz García González, Antonio José Maldonado
Comité Editorial Revista SABER, vol.28 N.º 4, Cumaná, diciembre 2016. (http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-01622016000400001).

Melchor Centeno Graü


Cumaná, 7 de diciembre de 1867 – Caracas, 3 de octubre de 1949

Melchor Centeno Graü


Una de las figuras de mayor relieve para la ingeniería en Venezuela en los primeros años del siglo XX, pionero de la sismología en el país. Fue ministro de Hacienda y luego de Obras Públicas del Gabinete Ejecutivo de Juan Vicente Gómez.

Descendiente de una familia de educadores, levitas, juristas, próceres y políticos, sus padres fueron Melchor Centeno y González y Dolores Graü Rodríguez. Se casó con Hercilia Vallenilla Lanz. Padre del pintor Pedro Centeno Vallenilla. Hizo sus primeros estudios en la Escuela Normal de Cumaná y luego pasó a Caracas; se graduó de bachiller en artes y filosofía en la Universidad Central de Venezuela (1889), donde obtuvo el título de Ingeniero Civil y Arquitecto en 1898, para recibirse luego como Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas en esa misma casa de estudios (1929).

Gerente de las minas de carbón de Naricual (1896-1899) y del ferrocarril de Guanta, explorador científico del proyectado ferrocarril Cumaná-Cumanacoa, construye el teatro de Cumaná en 1901. El proyecto del lazareto de Maracaibo le acredita como precursor de las construcciones médico-asistenciales; en esa misma ciudad emprendió la construcción de la fachada de la Universidad del Zulia (1903). Constructor del Camino de Carora, entre San Timoteo y Carora (1905).

Fue gerente e ingeniero responsable del proyecto de construcción del ferrocarril del Táchira de 1901 a 1912 y de la carretera central del Táchira en 1910. Ese último año realiza el estudio para el acueducto de Táriba y en 1911 se traslada a Barcelona para estudiar el acueducto de esa ciudad. En 1914 es designado superintendente de las Aguas de Caracas. Diputado al Congreso Nacional por el estado Monagas ese mismo año, se le encarga posteriormente la Gerencia de la Compañía de Navegación Fluvial y Costanera de Venezuela (1917).

Le correspondió suceder a Román Cárdenas en el ministerio de Hacienda, manteniéndose al frente de ese despacho entre 1923 y 1929. Este último año es escogido como Presidente de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la UCV, cargo en el que estuvo hasta 1933. Senador por el estado Carabobo en 1931, en julio de ese año es designado Ministro de Obras Públicas. En mayo de 1933 ocupa el cargo de director del Banco Agrícola y Pecuario, así como gerente del Banco Obrero hasta octubre de 1934; esto último le da el mérito de haber sido uno de los iniciadores de los programas de vivienda del Estado.

Miembro fundador e individuo de número, sillón VII de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (1933), entre 1941 y 1945 tuvo a su cargo la segunda vicepresidencia de la corporación. Fue elegido Presidente para el período 1945-1947.

A Centeno Graü se le deben las primeras observaciones científicas del relámpago del Catatumbo. En 1911 escribió la monografía El faro de Maracaibo o el relámpago del Catatumbo, que contiene sus observaciones sobre el fenómeno meteorológico. Autor de Estudios sobre el Acueducto de Caracas (1917), Bosquejo histórico de la vida fiscal en Venezuela (1924) y Estudio sobre vigas de concreto armado. Su más importante obra la constituyen los Estudios sismológicos, publicados en 1940 y reeditados en 1969 por la Academia.

Fue miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela, de la Sociedad Sismológica (Universidad de Berkeley, California), titular de la Sociedad de Americanistas de París e individuo de Número de la Academia Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz. Le fueron otorgadas la Medalla de Instrucción Pública, el Gran Cordón de la Orden del Libertador, Comendador de la Orden de San Gregorio Magno y Gran Maestro de la Orden El Sol del Perú.

Referencia:

Pedro Luis Ponce Ducharne


Cumaná, 12 de junio de 1923 – Caracas, 30 de agosto de 2019


Pedro Luis Ponce Ducharne


Hijo de Francisco Ponce y Elvira Dúcharne. Contrajo nupcias con la doctora Celina León. Estudió medicina en la Universidad Central de Venezuela. Se especializó en neurología y Electro-encefalografía. Fue becado el 16 de agosto de 1949, para especializarse en el Hospital "Nuestra Señora de las Mercedes", de La Habana, Cuba.
Ejerció la docencia universitaria. Fue uno de los fundadores del Orfeón de la UCV, cantando en la “Presentación Inaugural” el 19 de mayo de 1944. Ejerció de vocal en la Sociedad Venezolana de Psiquiatría y Neurología. Ponce Ducharne fue pionero de esta disciplina en Venezuela.

Referencia:

Rafael Requena


Carúpano, 24 de Octubre de 1879 - Nueva York, 1946

Rafael Requena González vestido de traje y pajarita. Foto de la Fundación de Fotografía Urbana
Medico, arqueólogo, diplomático y político; miembro fundador de la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas de Venezuela.

Hijo de Feliciano Requena y Epifania González Mayz, culmina sus estudios secundarios en el Colegio de Carúpano donde obtiene el bachillerato (1897) y cursa la carrera de Medicina en la Universidad Central de Venezuela, graduándose en 1904 y completando su formación profesional en la Facultad de Medicina de la Universidad de París (1904-1905).

Médico residente de la Compañía Minera de El Callao (1905-1907), es nombrado director del Ministerio de Instrucción Pública (1909-1911) y cónsul general de Venezuela en Trinidad (1911-1913). Interventor de las aduanas de Puerto Cabello (1913-1915) y Maracaibo (1915-1916), cónsul general de Venezuela en Santo Domingo (1916-1917), asume los cargos de director de la Biblioteca Nacional (1917-1918) y de inspector general de los hospitales del Distrito Federal (1918-1925).

Como socio de Juan Crisóstomo Gómez, negocia la venta de cinco concesiones petroleras en el estado Trujillo a la Sun Oil Company (1920). Ministro de Educación de 1909 a 1911, director de la Biblioteca Nacional, cónsul de Venezuela en Trinidad y Tobago y en República Dominicana, senador por el Distrito Federal (1918-1921) y por el estado Nueva Esparta (1922-1923), presidente del Congreso (1921 y 1923) y senador por el estado Aragua (1928), es nombrado presidente del estado Aragua (1929-1931) y secretario privado del general Juan Vicente Gómez (1931-1933). Aparte de sus trabajos publicados en el campo de la medicina, entre ellos Contribución al Estudio de la Lepra en Venezuela, se destaca su libro Vestigios de la Atlántida (1932), donde intenta vincular los restos del misterioso continente desaparecido con vestigios arqueológicos encontrados en la zona del lago de Valencia.

Dueño de la hacienda El Volcán, en los valles del Tuy, donde instala un importante ingenio azucarero, sufre los embates de la crisis económica de la década de 1930 y ve ejecutadas, en 1937, las hipotecas contraídas sobre sus propiedades. Identificado como personero del gomecismo, debe exiliarse a Estados Unidos a comienzos de 1936, donde permanece residenciado hasta su muerte.


Referencias:


El doctor de Juangriego, por Francisco Suniaga, 11 de octubre de 2014.

Raimundo Chela


Carúpano, 17 de noviembre de 1919 - Caracas, 3 de julio de 1984
Raimundo Chela

Hijo de Julián Chela y Emilia Abudib, quienes habían emigrado a Venezuela desde el Líbano.

Completó la primaria en su ciudad natal y la secundaria en Caracas, donde arribó a inicios de la década de 1930. Su vocación por la matemática lo hace inscribirse en la carrera de Ingeniería en la Universidad Central de Venezuela (UCV), estudios que abandona para incorporarse al recién creado Instituto Pedágogico de Caracas (IPC), formando parte de sus primeros egresados en 1940.

Comenzó temprano su actividad docente en distintos institutos educativos: Escuela Normal de Mujeres, Escuela Técnica Industrial, los liceos Aplicación y Fermín Toro y el Pedagógico de Caracas; en este último trabajó como docente entre 1942 y 1958, así como en la Facultad de Ingeniería de la UCV desde 1949, donde fundó la Facultad de Ciencias (1959) y tuvo a su cargo la cátedra de Matemáticas.

En 1961 fue el primer becado del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la UCV para realizar estudios de postgrado en el King’s College de la Universidad de Londres, donde obtuvo el título de Doctor en Matemáticas en 1963. Fue miembro fundador del Colegio de Profesores de Venezuela (1943), donde ocupó la presidencia en dos oportunidades, entre 1952 y 1953 (en plena dictadura perezjimenista) y de 1963 hasta 1965. También fue miembro correspondiente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales.

Su concepción del gremialismo no estaba reñida con sus ideas pedagógicas y científicas, tal como quedó de manifiesto cuando dirigió el siguiente mensaje a los educadores venezolanos:

“Deseo a todos los educadores venezolanos primordialmente los dos objetivos siguientes:
que el trabajo diario esté siempre dirigido a lograr una comprensión y dominio cada vez mayor de los temas que les toque enseñar;
mantener la unidad gremial para obtener mejores condiciones de trabajo que les permitan desplegar el esfuerzo docente intenso y creador”.

En 1958 el ministro de Educación le ofreció dirigir el IPC, responsabilidad que rechazó al priorizar en ese momento la continuación de estudios más avanzados en su área. En 1962 fue elegido Miembro Correspondiente de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela. Se le distinguió como orador de orden del Primer Congreso Venezolano de Matemáticas (Mérida, 1977), y en 1979 recibió el Premio Nacional de Ciencia por parte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT).

Su quehacer académico abarcó también otras facetas: participó en las reformas a los programas de educación secundaria; dictó conferencias, cursillos y talleres para el mejoramiento de los docentes; redactó notas para los cursos de matemáticas; dirigió trabajos de grado; escribió obras como su Curso de Álgebra (1957); publicó en diversas revistas sus reflexiones acerca de la Didáctica de las Matemáticas.

Raimundo Chela falleció accidentalmente a los 65 años. El 9 de mayo de 1985 se le realizó en el IPC un homenaje post mórtem al que asistieron familiares, ex-alumnos, amigos y colegas, quienes recordaron y destacaron diversos aspectos de su vida y obra.

Referencias:



Santos Dominici

Santos Aníbal Dominici Otero (Carúpano, 19 de junio de 1869 - Caracas, 29 de septiembre de 1954)
Santos Dominici

Médico, escritor y diplomático, fue parte del movimiento renovador de la medicina venezolana de principios del siglo XX, en colaboración con figuras como Luis Razetti, Pablo Acosta Ortiz, José Gregorio Hernández y Francisco Antonio Rísquez.

Hijo del abogado, jurisconsulto, periodista, escritor y político anzoatiguense Aníbal Dominicci y de Elvira Otero. Contrajo nupcias con María Machado Machado; el enlace tuvo dos hijos.

Estudió la Secundaria en el Colegio Bolívar, en Puerto España, Trinidad. Se graduó de médico en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1890, y ese mismo año se trasladó a Francia para cursar estudios en la Sorbona hasta 1894, donde obtuvo el título de Doctor en Medicina con la tesis Des Angiocholites et Cholesystitis suppurees.

Junto con Enrique Meier Flegel, Pablo Acosta Ortiz, Elías Rodríguez hijo y Nicomar Guardia funda en Caracas, aunque en pequeña escala, un centro similar al famoso Instituto Pasteur de París, y el 1 de abril de 1895 queda instalada esta institución de carácter privado, ubicada en Caracas, de Velásquez a Santa Rosalía N.º 103, la cual denominó Instituto Pasteur de Caracas.

Los objetivos del Instituto fueron realizar investigaciones científicas para determinar las causas de las peculiares patologías registradas en Venezuela, tanto en humanos como en animales. En el Instituto se ejercieron funciones docentes, al enseñar las diferentes ramas de la microbiología a los médicos de la época.

Durante su corta existencia, el Instituto Pasteur de Caracas (1895-1902) contribuyó notablemente al desarrollo de la microbiología nacional e introdujo al país la primera colección completa de gérmenes conocidos. En dicho Instituto se organizaron los primeros cursos de Bacteriología Práctica, siendo Rafael Rangel uno de los primeros en participar y colaborar en estos cursos.

En el Pasteur se inició la producción de la vacuna antivariólica de Jenner, lo que permitió vacunar preventivamente a la población. También elaboraron sueros antidiftéricos, antitetánicos y antiofídicos, así como pudo practicarse la serorreacción de Widal con la cual se dispone por primera vez en el país de los procedimientos confirmatorios del laboratorio para el tifus.

Santos Dominici de pie a la izquierda junto a los líderes de la Revolución Libertadora
En 1896 trabaja en el primer Laboratorio Privado de Microscopía Clínica al servicio del gremio médico. Describe y publica en el Cojo Ilustrado el resultado de sus investigaciones sobre el Hematozoario de Laverán o Plasmodium falciparum en la sangre de pacientes con paludismo; emprende la tarea de estudiar los ciclos vitales de las grandes especies y formas febriles de esta enfermedad, e hizo importantes aportes en el conocimiento de la bilharziosis. Gracias a la amplia campaña de vacunación gratuita que dirigió en todo el territorio nacional, logró controlar la epidemia de viruela que azotó al país en 1898.

En 1895 presidió la Sociedad de Médicos y Cirujanos de Caracas y asumió, hasta 1901, el Rectorado de la UCV, donde creó las Cátedras de Clínica Médica y Anatomía Patológica. En ese lapso fundó los Anales de la Universidad Central. Fue destituido por negarse a expulsar a los estudiantes implicados en el movimiento de La Sacrada.

Luchó en el año 1902 en la Revolución Libertadora, liderizada por el militar y banquero carabobeño Manuel Antonio Matos (1847-1929), cuyos ideales compartía, y fue designado Médico Cirujano del Ejército Libertador en mayo de 1902. Como consecuencia de su actividad política fue detenido y hecho prisionero en 1903, pero se fuga y exilia en Francia. No regresaría a Venezuela sino hasta 1936. Inicia actividades diplomáticas en el gobierno de Juan Vicente Gómez, a quien apoyó en 1908 en sus acciones contra Cipriano Castro; fue designado Ministro Plenipotenciario de Venezuela en Alemania (1910), Inglaterra (1911-1915) y Estados Unidos (1915-1922).

Renunció a su cargo diplomático en 1922 como protesta ante la maniobra continuista del presidente Gómez y se exilió nuevamente en París. En esta ciudad participa en la organización de la expedición del Falke (1929) y es designado presidente de la Junta de Liberación Nacional en relación con la revolución dirigida por Román Delgado Chalbaud.

En 1936, Dominici regresa a Venezuela y sustituye a Enrique Tejera como ministro de Sanidad y Asistencia Social durante el gobierno del General Eleazar López Contreras (1936-1937). Bajo su mandato se aprueban la Ley de Defensa contra el Paludismo y el reglamento de la Ley de Ejercicio de la Farmacia. Promovió el desarrollo de la Escuela de Malariología y propuso la integración de todos los hospitales civiles en una Dirección de Hospitales y Asilos adscrita al Despacho de Sanidad. Renunció al cargo de ministro en 1937, sin haber cumplido un año en el despacho, por discrepar con el Congreso Nacional, que aprobó la ley que creaba el Seguro Social, al considerar que esto fragmentaría el sistema de salud que recién se estaba creando. En 1938 vuelve a la carrera diplomática como Ministro Plenipotenciario en la Legación venezolana ante la Santa Sede, cargo en el que se mantuvo hasta finales de 1942.

El 11 de febrero de 1943 fue aceptado en la Academia Nacional de Medicina con su trabajo De los esquistosomosis hominales y en especial de la bilharziosis americana. Un año después fue electo Presidente de la Academia (1944-1946).

Posteriormente se reincorporó a sus labores docentes. En 1944 participó en calidad de miembro fundador y primer presidente de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina. El 31 de enero de 1949 fue electo como Individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua. Se puede considerar a Dominici como Precursor de la Sanidad en Venezuela, fundador de la Sociedad Venezolana de la Historia de la Medicina e individuo de Número con el Sillón XXX, otorgado por la Academia Nacional de Medicina.

Referencias:

Revista del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, INHRR v.39 n.1 Caracas jun. 2008 (http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-04772008000100012).

Verenzuela, Sonia (2019). Blog Venezuela e Historia (http://venezuelaehistoria.blogspot.com/2019/09/santos-anibal-dominicci-otero.html).

miércoles, 9 de octubre de 2019

Festival del Cacao y el Chocolate Pariano arribó a su tercera edición

Celebrado el 5 de octubre en Río Caribe





Más de un centenar de productores/as y emprendedores/as, así como diversas instituciones y empresas relacionadas con el cacao y el chocolate en el estado Sucre, se dieron cita en el casco histórico de Río Caribe el sábado 5 de octubre de 2019 para celebrar el III Festival del Cacao y el Chocolate Pariano.

Según reportó Lenny Longart, asistente de la Coordinación de Desarrollo endógeno de Fundacite Sucre asentada en el municipio Arismendi, el evento contó con una nutrida afluencia que visitó 83 stands donde se exhibieron desde bolitas de cacao hasta ropa íntima con estampados alusivos a la actividad chocolatera, pasando por una variada repostería que combinaba ingredientes de manera ingeniosa.

Asimismo, las actividades folklóricas, recreativas y formativas contaron con sitial propio. En el caso de esta última destacaron las ponencias “El ABC del chocolate”, “Emprendimiento en chocolatería” y “Temperando el chocolate”, así como el diplomado “Ciencia y tecnología del chocolate”, impartido por investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela entre el lunes 30 de septiembre y el domingo 6 de octubre, en el marco de la misma programación.


La celebración, sin duda la más vistosa del país organizada en torno al cacao y el chocolate, coincidió con el inicio de la cosecha de cacao y las festividades de San Miguel Arcángel, santo patrono de la zona. La actividad coronó el esfuerzo organizativo de Gente del Cacao, Ministerio del Poder Popular para el Turismo, Corporación Socialista de Turismo del estado Sucre, INCES, INIA y Fundacite Sucre, entre otras instituciones y empresas patrocinantes. Los alcaldes de Arismendi y Bermúdez, José Luis Villarroel y Nircia Villegas, refrendaron con su presencia la importancia de estos rubros para la economía pariana, que realiza una destacada contribución al objetivo de potenciar la economía sucrense.


15º Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre el 27 de abril 2019

 
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 El FLISoL es el evento de difusión de Software Libre más grande en Latinoamérica y está dirigido a todo tipo de público: estudiantes, académicos, empresarios, trabajadores, funcionarios públicos, entusiastas y aun personas que no poseen mucho conocimiento informático..


El FLISoL se realiza desde el año 2005 y desde el 2008 se adoptó su realización el 4to Sábado de abril de cada año. La entrada es gratuita y su principal objetivo es promover el uso del software libre, dando a conocer al público en general su filosofía, alcances, avances y desarrollo.

El evento es organizado por las diversas comunidades locales de Software Libre y se desarrolla simultáneamente con eventos en los que se instala, de manera gratuita y totalmente legal, software libre en las computadoras que llevan los asistentes. Además, en forma paralela, se ofrecen charlas, ponencias y talleres, sobre temáticas locales, nacionales y latinoamericanas en torno al Software Libre, en toda su gama de expresiones: artística, académica, empresarial y social. 
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